Realmente no podía negarme a que mi suegro me lamiera por todo el cuerpo, porque mi cuerpo demandaba su lengua obscena, me hacía muy feliz. Miyanishi Hikaru tiene un rostro hermoso, senos, vello púbico y el de Hikaru también tan hermoso y perfecto para un suegro pervertido que solo sabe estimularme. Hikaru se transforma en un avatar lascivo mediante la técnica de lamer constante. Lo odio, pero no puedo negarme.